La verdad es que el membrillo es una fruta un poco áspera si se come cruda, pero queda genial cuando se cocina. Al hacer una compota de membrillo casero obtendrás un producto mucho más ligero que la tradicional carne de membrillo y que va genial como merienda.
Instrucciones
- Lo primero que haremos es pelar los membrillos y trocearlos en trocitos pequeños. Según los troceemos aconsejamos ir dejándolos en un bol con agua y con chorro de limón, ya que el membrillo pelado se oxida muy rápido.
- Ahora pondremos al fuego los trozos de membrillo en una olla, y le añadiremos la canela y 2 vasos de agua. Lo dejaremos todo cociendo mientras lo vamos removiendo de vez en cuando, hasta que el membrillo se haya puesto tierno. Entonces aplastaremos los trozos de membrillo que aun queden para que la compota tenga la textura adecuada.
- Dejaremos que se enfríe la compota de membrillo y entonces la guardaremos en botes o tarros para ir gastándola poco a poco.
Notas de la receta
Podemos tomar la compota de membrillo sola, o acompañarla de yogurt natural o de queso fresco. Con el queso de oveja muy curado obtendremos un resultado sorprendente.
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